De acuerdo a cifras del Centro de Comercio Internacional, para 2020 el mercado mundial de la artesanía alcanzó un valor de 718.000 millones de dólares de EE. UU. La misma organización proyecta que esta cifra siga aumentando gracias a la digitalización y al comercio electrónico, que facilitan el acceso al mercado de artesanías de todo el mundo y también lo hacen más competitivo.
En ese sentido, el diseño de producto se posiciona como un componente diferencial que trasciende las dimensiones estéticas e inclusive las tradicionales. Desde la elección del portafolio hasta la aplicación de prácticas sostenibles, cada etapa en el proceso de diseño desempeña un papel vital en el logro del éxito en la exportación. En este artículo, ahondaremos en la necesidad de prestar atención al diseño de productos artesanales, a partir de su atractivo y viabilidad en los mercados internacionales.
La base de una estrategia de exportación sólida radica en la selección del portafolio de productos. Este paso implica identificar, no solo la singularidad y la calidad intrínseca de las artesanías, sino también evaluar su viabilidad comercial en los mercados internacionales. Las preferencias culturales, las tendencias de mercado y la demanda actual son elementos clave que deben integrarse en la elección del portafolio.
La curaduría efectiva del producto implica ir más allá de una mera coincidencia entre la oferta artesanal y los mercados objetivos. Es esencial incorporar las tendencias actuales en diseño, manteniendo un equilibrio que resuene con los gustos de los consumidores en diferentes regiones del mundo. Este proceso de alineación estratégica garantiza que cada pieza no solo sea visualmente atractiva, sino también culturalmente relevante.
La excelencia se encuentra en los detalles y, en el contexto de la exportación de artesanías, la calidad y la atención a los estándares internacionales marcan la diferencia. Desde acabados prolijos hasta medidas precisas, cada detalle contribuye a la reputación de la marca y a la aceptación del producto en los mercados internacionales. Tener en cuenta los estándares internacionales respecto a medidas es un factor determinante, tanto para garantizar la adaptabilidad de las artesanías a diferentes contextos de uso, como para controlar los costos logísticos que impactan en el precio.
4. Creación de líneas y colecciones: Ir más allá de los productos individuales.
5. Diseño efectivo para la exportación.
6. Diseño sostenible y responsable de artesanías.
Por eso, resaltar los beneficios de las comunidades e implementar prácticas sostenibles en el proceso de diseño, desde la selección de materiales hasta los métodos de producción, no solo beneficia al medio ambiente, sino que también resuena con consumidores éticamente conscientes. La sostenibilidad se convierte así en un componente esencial de la propuesta de valor de la marca en el mercado internacional.
La atención consciente de aspectos como la selección estratégica del portafolio de productos hasta la implementación de prácticas sostenibles en cada fase del proceso de diseño no solo garantiza la competitividad, sino que también construye una reputación sólida y duradera en el panorama global de las artesanías.
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